La lenta pero inevitable irrupción de la inteligencia artificial en las pymes españolas

La inteligencia artificial (IA) está cambiando de forma acelerada el panorama empresarial. Pero en España, su penetración en el tejido de pequeñas y medianas empresas aún avanza con paso lento. A pesar del ruido mediático y las promesas de transformación digital, las cifras indican que la adopción de esta tecnología todavía es marginal en este segmento económico clave para el país.

Según el Barómetro de adopción de la inteligencia artificial en las pymes españolas, publicado recientemente por la asociación IndesIA, solo un 2,13% de las pymes utilizan actualmente procesos basados en inteligencia artificial. Un porcentaje que, si bien mejora ligeramente entre las empresas de mayor tamaño, sigue siendo claramente insuficiente. El informe revela que apenas el 2,03% de las microempresas (menos de 10 empleados) hacen uso de IA, una cifra que se eleva muy poco entre las pequeñas (2,38%) y medianas (2,48%) empresas.

Falta de formación técnica

Esta baja implantación no responde a una falta de interés, sino a una combinación de obstáculos estructurales y formativos. “El primer problema con el que nos encontramos es la falta de formación técnica en inteligencia artificial. A día de hoy, solo el 1,94% de los títulos universitarios están relacionados con esta materia”, explica Nuria Ávalos, directora general de IndesIA. Las cifras son llamativas: de los 7.203 títulos universitarios disponibles en España, apenas 140 están relacionados con la inteligencia artificial. Regiones como Galicia (3,95% de la oferta universitaria vinculada a IA) o el País Vasco (3,81%) muestran un mayor compromiso, mientras que comunidades como Madrid (2,18%) o Cataluña (2%) quedan rezagadas, pese a ser motores económicos del país.

El 83% de las empresas que utilizan IA han aumentado sus ingresos

No obstante, las pymes que han dado el paso hacia la IA reportan beneficios importantes. Un estudio de Salesforce indica que el 83% de estas empresas aseguran haber aumentado sus ingresos gracias a la aplicación de inteligencia artificial. “Desde que incorporamos modelos de IA para predecir el comportamiento de los clientes, hemos mejorado la eficiencia de nuestras campañas y reducido los costes de adquisición”, explica Sergio López, director de una agencia de marketing digital de Valencia.

Pero la brecha tecnológica se hace evidente no solo por cuestiones formativas, sino también por una percepción de complejidad. El 66% de los directivos de pymes afirman que mantenerse al día con la innovación tecnológica representa un desafío importante, y más de la mitad admite no tener tiempo suficiente para comprender y dominar todas las herramientas que su empresa requiere. En este contexto, la IA sigue siendo para muchos un concepto abstracto más asociado a la gran empresa que a la realidad de su día a día.

No es una percepción infundada. El mismo informe de IndesIA revela que los sectores más tecnificados, como las tecnologías de la información y la comunicación (TIC), presentan una adopción de IA del 8,3%, frente a industrias como el transporte y almacenamiento, donde la cifra apenas alcanza el 0,32%. También hay diferencias notables entre regiones. Madrid lidera el uso de inteligencia artificial en pymes con un 3,19%, seguida de Navarra, el País Vasco y Cataluña. En el otro extremo, Castilla-La Mancha y Extremadura presentan los niveles más bajos de adopción.

I+D, marketing y ventas y administración, departamentos con más penetración

El uso que hacen las pymes de la inteligencia artificial se concentra principalmente en tres áreas: investigación y desarrollo, marketing y ventas y administración. En cuanto a las tecnologías más utilizadas, predominan el machine learning para análisis de datos, la automatización de procesos y, en menor medida, la inteligencia artificial generativa. “Nos ayuda a simplificar tareas repetitivas y a centrarnos en la creatividad y la estrategia”, apunta Beatriz Sáez, responsable de operaciones de una startup barcelonesa dedicada al ecommerce.

A pesar de los avances, existe cierta resistencia cultural al cambio. Un reciente reportaje de El País recogía la preocupación de empleados ante la automatización de tareas: “¿Me quitará una máquina el trabajo?”, se preguntaba una trabajadora de atención al cliente en una pyme madrileña. Los expertos coinciden en que el miedo no es infundado, pero matizan que la clave está en cómo se implemente la tecnología. “No se trata de sustituir personas, sino de aumentar sus capacidades. Pero para eso necesitamos políticas de formación y transición claras”, señalaba en el mismo artículo Carlos Fernández, consultor de transformación digital.

En paralelo, algunas pymes están demostrando que la IA no es patrimonio exclusivo de grandes corporaciones. BeeDIGITAL, heredera de la antigua Páginas Amarillas, ha conseguido reinventarse integrando inteligencia artificial en su oferta de servicios digitales. “Con IA optimizamos los resultados de las campañas de nuestros clientes, incluso cuando son micropymes. Podemos hacer mucho con poco presupuesto si se usan bien los datos”, afirma Javier Castro, su director de innovación.

Falta de un marco normativo claro y de incentivos suficientes

Más allá de casos particulares, la falta de un marco normativo claro y de incentivos suficientes sigue siendo un lastre. Desde el sector tecnológico se insiste en la necesidad de colaboración público-privada para acelerar el cambio. “La IA no es una opción, es una necesidad estratégica. Pero para que llegue de verdad a la pyme, hay que construir un ecosistema que la haga accesible y útil”, sostiene Ávalos.

El reto está claro: pasar del discurso a la acción. La IA puede suponer una ventaja competitiva decisiva para las pymes, pero solo si se acompaña de formación, inversión y un cambio de mentalidad. Por ahora, España sigue en fase de aprendizaje. Pero el potencial está ahí. Y el tiempo apremia.